El breve de San Antonio de Padua


En el siglo 13, una mujer portuguesa que había estado siendo oprimida por un demonio se propuso a hacer lo impensable, tomando su propia vida, ahogándose en el río Tajo. De camino al río, ella pasó por una capilla erigida en honor del gran orador y hacedor de milagros, San Antonio de Padua. Se detuvo a rezar una última vez. Mientras rezaba, ella vio a San Antonio parado frente a ella, diciendo: "Levántate mujer, y toma este papel, que te liberará de las molestias del Maligno." Entonces le dio un pergamino con la inscripción que ahora es conocida como la “oración de liberación de San Antonio de Padua.” Y con esto estaba libre de la opresión del demonio y del deseo de acabar con su vida.

La noticia de este milagro se propagó, incluso hasta llegar al rey, que le pidió a la mujer el Breve. Lo colocó con la Joyas de la Corona de Portugal, cosa que estaba bien para el rey, pero no para la mujer. Luego de que el Breve ya no estaba con ella, ella comenzó a debilitarse y decaer, por lo que el rey le hizo una copia que la devolvió a su estado saludable. Otros ejemplares del Breve se propagaron para ayudar a los fieles en la lucha contra el Maligno y para recordarles que Cristo ha triunfado.

El breve consiste en una representación de una cruz, y  palabras que, formando una rima en latín, se remontan a Apocalipsis 5:5: "
Y uno de los Ancianos me dijo: «No llores: ha triunfado el León de la tribu de Judá, el Retoño de David, y él abrirá el libro y sus siete sellos». " Las palabras del Breve de San Antonio son:

Versión en español: 
Haciendo la señal de la cruz dirás con mucho fervor:

He aquí la Cruz del Señor +
Huid, potestades enemigas +
El león de Judá, descendiente de David, +
Ha vencido. Aleluya.  

La proclamación exorcizante es llevada en la persona o colocada en los hogares. También se utiliza en situaciones más específicas, como con la que se encontraron los marineros franceses que, cuando su barco fue sacudido por un mar embravecido durante una tormenta frente a las costas de Bretaña en 1708, uno de los hombres escribió las palabras del Breve de San Antonio, y la arrojó al mar con una oración al santo. Inmediatamente, los mares se calmaron y los marineros se salvaron.

Las palabras de este Breve son buenas para usar cuando te sientes tentado por el mal, oprimido por los demonios, y en la batalla espiritual en general.

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